End Times - Jill Greemberg


Hastiada con el estado del mundo, y especialmente de su país, EEUU, Jill Greenberg tuvo una idea. Reunió a una treintena de niños de entre dos y tres años -entre ellos, Violet, su propia hija, los hijos de algunos amigos y unos cuantos contratados en una agencia de modelos- y los fue llevando de uno en uno a su estudio de Los Angeles. Allí los desnudó del torso para arriba, les dio una piruleta, inmediatamente después se la quitó y, aprovechando sus rabietas, los fotografió llorando.
De los tímidos pucheros de algunos a los llantos histéricos, casi operísticos de otros, las imágenes debían ser una alegoría del rechazo al mundo que a estos niños les tocará heredar.


5 comentarios:

  1. que lastimica, pero la verdad es que los retratos estan muy chulos

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  2. se les cae la baba. jejeje. Ali

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  3. Son interesantes pero paracen un poco crueles, es como si hubieran hecho llorar a los niños a conciencia para hacerles la foto :S

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  4. e ahí el tema Lore...por eso se criticó a esta mujer, porque decian que eran crueles, pero vamos, cuanto mas lloren menos mean...

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  5. Muy buenas esas caras.

    Desde luego esto daría lugar a un gran debate de qué cosas tiene derecho a hacer el fotógrafo y qué cosas no para conseguir una buena foto.

    De hecho, para los que empezasteis en septiembre, si os acordáis, cuando vimos la peli El ojo público, para insultar a Benzi le decían que sería capaz hasta de pinchar a un niño con un alfiler para conseguir una buena foto.

    Pero lo de Jill Greenberg no tiene nada que ver con eso ¿0 sí? Al fin y al cabo está recreando una escena cotidiana en la vida de los niños ¿o no? Y con un sentido social y artístico ¿O...?

    Corto y cierro.

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